Apenas, durante los años que hacia que
se conocían habían hablado, apenas había habido roce. Subieron y
bajaron sus montañas, pasaron sus tormentas interiores más intensas sólo comunicándose
por wasap. Tocaba solucionar esto.
-De que somos parte de la ecuación de la vida, le dijo , mientras saboreaba un café.
-Si es de la nuestra me vale, le respondió..
A veces, cuando se acordaba de ella, la recordaba en la cocina, de espaldas, trasteando con calderos, sartenes y verduras. De vez en cuando, se volvía y le sonreía, otras, se le acercaba, lo besaba y proseguía con lo que estaba haciendo.