Clarividencias

viernes, 19 de abril de 2019

1 de septiembre.



La ambulancia paró en el garaje de un taller que estaba al lado de la casa del medico. En lo que él llegaba, Asunción rompió aguas. Un varón, de 59 centímetros y de 3.550 kilos. Nació morado por la falta de oxigeno, el medico lo cogió por los pies y manteniéndolo en alto y boca abajo le dio un par de ostias, el bebe comenzó a llorar y lo primero que hizo fue llevarse los puños a la boca y comenzar a chuparlos desesperadamente. Ya en la clínica, le trajeron a Asunción a su bebe para que le diera el pecho. Con voz entre asombrada y nerviosa dijo que ese no era su niño. Y aquí estamos, el hijo genuino de mi padre y de mi madre y por supuesto del destino.

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