Hoy tuve que ir a una misa en recuerdo
de un amigo. Desde hace muchos años solo piso una
iglesia para asistir a funerales. José Luis había muerto a los tres
días de haberse puesto la vacuna contra el coronavirus. Durante la celebración de la
misa, me suelo abstraer pensando en mis cosas para hacer que el
tiempo pase más rápido. Hoy tuve una especie de visión: me veía
en una especie de sala llena de gente, yo estaba de pie.
Y allí apareció , ella, con un ramo de flores que agarraba
firmemente entre sus pequeñas y poderosa manos. Me sonrió, con esa
sonrisa que lo ilumina todo y se arrimó a mi. Nos cogimos de la mano y
ahí comenzó todo.
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