Lobo ya no manejaba nada. Su mediocridad le pesaba tanto que no podía moverse. Se estaba ahogando en su propia mierda. Menos mal. A esos miserables solo se les puede desear lo peor. Pronto sería solo un residuo asqueroso que provocaría el vómito ,a quien se acercara, a su podrido cuerpo y a su asquerosa alma.
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