De cuando eres un miserable y no estás ni
a la altura de la mierda del suelo. Menos mal que la mierda se seca
y se descompone para desaparecer sin dejar rastro. Pensaba el hijo de
puta del lobo sobre él. Cosa que minimamente le honraba, ya que
reconocía, su miserable calaña. Ojala se pudra pronto su alma en el estercolero de su miserable existencia.
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