El miserable lobo no entendía el porqué le seguía dirigiéndole la palabra. No se merecía ni que lo escupieran a la cara y ella en cambio le devolvía sus palabras. Esto demostraba el gran sentido de caridad de ella al dirigirse al desahuciado lobo. Denotaba su grandeza como persona. De todas formas el lobo ya no dudaría mucho. No tendría que esforzarse mucho más en derramar su caridad en semejante despreciable ser.
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