Lobo era un cerdo seboso mediocre de mierda. Y, siempre lo sería.
Lagartija tenía una guarida única y muy acogedora.
Tú.
Y solo tú.
Más y más enyecado, que andaba, ese lobo.
De
lo que encontró.
La fina lluvia.
De abril.
Del
regalo.
Del Cielo.
Besándonos.
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