De cuando eres un mediocre, un despreciable mentiroso y no tienes los cojones para volarte la tapa de los sesos. Todo se andará.
Ni en el mundo ni, en general, fuera de él es posible pensar nada que pueda ser considerado bueno sin restricción, excepto una buena voluntad.
Immanuel Kant
Nunca se había reído de la gente. Y menos de ella. Además, era demasiado el cariño, el respeto y el afecto que le tenía, para ni si quiera pasársele por la cabeza hacerlo. Lamentablemente, ella lo percibía de otra manera. Él se limito a apagar la luz de su vida y caminar hacia la noche de su existencia.
Siempre había algún tercero que me había fastidiado mi vida. Cosas que hacían ellos y que yo no controlaba influían negativamente en mi existencia. Tenía que tomar cartas en ese aspecto. No quería seguir sufriendo más por culpa de las acciones u omisiones de terceros. Si metía la pata, era yo quien la metía. Y, si la metía otro, que no me afectar a mi. Mis puertas seguían abiertas.