Nunca, su viejo corazón gris, intento
engañarla. Cómo iba a hacerlo. Era su lagartija, la que correteaba por su interior,
aportándole vida y las ganas de vivir, a la que quería cuidar hasta que
sus ojos se apagaran. No podia hacer con ella otra cosa que amarla.
No hay comentarios:
Publicar un comentario